A mediados del siglo XII la población andalusí que habitaba en un cercano asentamiento de origen romano se traslada al lugar en el que hoy se levanta Jerez. Los almohades rodean la ciudad de murallas y la convierten en un importante enclave militar y económico que llegó a acoger a unos 16.000 habitantes. En 1264 Alfonso X el Sabio la incorpora a la corona de Castilla quedando como punto estratégico en la frontera cristiana con el Reino Nazarí de Granada.

Puedes iniciar tu recorrido en la alcazaba jerezana, en su interior te aguardan los baños y la mezquita, después convertida en Iglesia de Santa María la Mayor.

Un agradable paseo por las calles de Jerez te permitirá admirar interesantísimas obras de época cristiana como la Catedral, la Colegiata o la Iglesia de San Miguel, y magníficos ejemplos de arquitectura civil entre los que destacan el Cabildo Municipal, el Museo Arqueológico y la muralla de la ciudad.

Los monjes cartujos de Jerez se han esmerado desde el siglo XV en preservar la pureza de la raza de los conocidos caballos cartujanos, resultado del cruce del caballo nativo con el que trajeron árabes y bereberes. En la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre que tiene como sede el Palacio Recreo de las Cadenas podrás asistir al magnífico espectáculo Cómo Bailan los Caballos Andaluces.